Italia

Erasmus
Ruth y Cristian:
Antes de ir, yo personalmente no había asimilado la situación que se nos venía encima. Tras muchas horas de trayecto y escalas, llegamos a Italia. Pero después de eso todavía quedaban otras 4 horas de trayecto en guagua, desde el aeropuerto de Fiumicino hasta Ascoli Piceno y un cambio de guagua a poco más de mitad de camino. Llegamos a la estación, donde Marina y Darío, los tutores, nos fueron a buscar para ayudarnos y llevarnos a casa. 
Solo puedo decir de la primera noche que hacia un frío espantoso. 




El primer día nos enseñaron Ascoli y conocimos a nuestro jefe, Giovanni y a una de sus “locas” hijas, Candida. Por suerte, el jefe hablaba bastante bien el castellano, era un negocio más bien familiar. A pesar de que no todos son familia de sangre, se tratan entre sí como tal. Desde el principio, nos trataron genial, literalmente como si formáramos parte de esa disparatada familia. 


Conocimos a dos madrileños, Ainhoa y Víctor, nos invitaron a su casa para conocer a los demás compañeros de piso, María, David y Mihai, y entre una cosa y otra salió el tema de viajar, pensamos en ir juntos a Roma. 
Ese mismo fin de semana pusimos rumbo a nuestro primer viaje, llegamos el sábado por la mañana después de 3 horas y media de trayecto. Ese día, compramos una tarjeta que tenía acceso al coliseo, palatino y foro romano, además podíamos coger cuantas veces quisiéramos el metro durante 48 horas.






Visitamos la Ciudad del Vaticano, escuchamos una misa y entramos al museo, donde pudimos ver la famosa Capilla Sixtina.





Por la tarde fuimos a ver algunos sitios que nos faltaba de Roma, como por ejemplo la Fontana di Trevi, que a pesar de que estaba arreglándose tiramos las tres monedas y pedimos los tres deseos, las plazas otra vez, más tiendas.




La empresa para la que trabajamos, posee tres negocios, uno en pleno centro de Ascoli, otro a unos 15 minutos del centro, Oasis y el último que a parte de la tienda, tiene un gran almacén donde reciben toda la mercancía, situada a media hora del centro, en la costa de Ascoli.
Una vez fuimos cogiendo confianza, todo fluía mejor, teníamos nuestros ratos de tonterías y risas, no solo entre nosotros, sino también con los empleados y hasta alguna siesta nos echábamos en los ratos libres...



Venecia, nuestro segundo viaje, el primer día fuimos muy temprano, nos dio tiempo de verlo todo, caminamos bastante.  
A pesar de que algunas zonas huelen mal, se puede pasear tranquilamente y ver lugares y rincones preciosos.





En Ascoli centro prácticamente no habían sitios para salir de fiesta. Así que los fines que no viajábamos, salíamos con los demás Erasmus, haciendo juegos, viendo pelis en casa o nos íbamos de amanecida al Cristo.




Después de muchas cosas vividas, se acercaba el final, como último viaje, decidimos irnos a Florencia, organizamos todo a la carrera y también nos la recorrimos de arriba abajo Ponte Vechio, Jabalí de Bronce, Jardines Pitti, cúpula del Duomo, etc...











Se acercaban las últimas semanas y teníamos miedo, no queríamos irnos, hicimos una cena de empresa como despedida, con el jefe su familia y los empleados. Después incluso fuimos de copas con la nieta del jefe.
















Después de pasar una semana de fiesta continua y yendo a trabajar, se acercó el último día para ver a la gente del trabajo y despedirnos. El viernes como despedida entre los Erasmus, hicimos una quedada todos juntos, inolvidable. 





En definitiva, hemos conocido, aprendido y vivido al máximo, una experiencia increíble, que jamás olvidaremos.








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